jueves, 27 de noviembre de 2014

Día Contra la Violencia Machista (#25N)


“No tengáis miedo a contar lo que os pasa. Yo viví con miedo desde los 17 a los 20 años. Pero un día superé el miedo y hoy puedo asegurar que se puede escapar de la violencia”. Estas son algunas de las palabras de Deborah, una de las ocho mujeres que recibieron un premio por atreverse a hacer públicas sus historias de maltrato por parte de sus parejas. 


En este día se hizo pública la nueva campaña de sensibilización del Gobierno (abajo tenéis el vídeo), que centra la atención en las primeras señales de la violencia machista. Esos primeros "picos", que muchas chicas han llegado a normalizar, pensando "si se pone celoso es porque me quiere", "me prohíbe ponerme este vestido porque se preocupa por mí", "me obliga a decirle dónde estoy todo el rato porque me ama y no quiere que me ocurra nada malo", etc. 




El pasado 25 de Noviembre fue el Día Mundial Contra la Violencia Machista y es por esto por lo que he decidido realizar una entrega hablando sobre este tema, tan preocupante, y por desgracia, de tan grande magnitud en la actualidad. #25N

La violencia de género es un tipo de violencia que afecta a las mujeres por el mero hecho de serlo. Atenta a la integridad, dignidad y libertad de las mujeres, independientemente del ambiente o características en las que se produzca. No hace falta que pongamos ejemplos extremos, como la prostitución o la trata de mujeres. Hay ejemplos cotidianos, como la diferencia de salario en función de tu sexo en muchos empleos, o incluso ciertas clases de "piropos", no demandados por la mujer y que sin embargo recibe, y además debe sentirse halagada porque "a las feas no les pasa". No quiero entrar demasiado en la temática de género en esta entrada, porque podría alargarse demasiado. 
Hay muchas formas de violencia de género, las principales son las siguientes: 
  • Violencia Física: La más reconocible, pero no siempre está presente en el maltrato. Desde un pequeño golpe o pellizco hasta puñetazos, empujones, tirones de pelo, etc. 
  • Violencia Psicológica: Siempre está presente en el maltrato a la mujer, pues en la agresión física, por ejemplo, hay implícita una superioridad psicológica que se quiere imponer.  Incluye toda conducta, verbal o no verbal, que produzca en la mujer desvalorización o sufrimiento: insultos ("eres una estúpida"), menosprecios ("no sirves para nada"), amenazas ("un día de estos te mato"), intimidaciones (destruye los objetos importantes para la mujer), abuso de autoridad (registro de pertenencias), falta de respeto (no respeta sus opiniones, necesidades o sentimientos), exige obediencia, utiliza a los hij@s para continuar su dominio sobre ella, culpabiliza a la mujer de cualquier cosa que le moleste (comida demasiado caliente, etc.)... 
  • Violencia Sexual: Cualquier acto de naturaleza sexual forzada por el agresor o no consentida por la mujer, que se impone mediante la intimidación y/o la fuerza, incluyendo las relaciones sexuales no consentidas y el abuso sexual, tanto si el agresor es pareja o familiar de la víctima como si no lo es. 
  • Acoso Sexual: Consiste en la insistencia en solicitar favores sexuales para sí mismo o para otro/s, en las que el agresor utiliza una situación de superioridad laboral, docente o de cualquier otro tipo, con el mensaje explícito o implícito de causar algún mal a la mujer si se niega a ello, o de recompensarla si accede. 
  • Tráfico de mujeres y niñas para Explotación: Captación, transporte, traslado, acogida, etc. de mujeres y/o niñas, utilizando la amenaza, la fuerza, la coacción o cualquier otro recurso para su posterior explotación, que generalmente incluye la prostitución entre otras vejaciones.  
  • Violencia Económica: Consiste en la privación intencionada y no justificada de recursos económicos de la mujer, pues el maltratador piensa que la mujer no es capaz de administrar bien el dinero, o que lo gasta en "tonterías", por lo que no tiene voz ni voto sobre la economía doméstica. 


Hasta hace muy poco, esta clase de violencia era aceptada o tolerada por la sociedad. Afortunadamente hoy en día hay una mayor sensibilidad hacia este problema, y muchas mujeres (y hombres, no hay que olvidarlo) reaccionan ante esta clase de violencia. 
Sin embargo, aún hoy queda mucha gente que sigue pensando que "si estas mujeres no dejan a sus parejas, es porque no quieren". Esto es algo tremendamente erróneo y dañino, pues se basa en un desconocimiento total de las características de este tipo de maltrato y el bucle en el que la mujer se ve envuelta poco a poco. 
El maltrato es un proceso cíclico que se inicia lentamente, con pequeños episodios aislados, que en principio parecen insignificantes pero que no lo son. Es en esta etapa en la que la nueva campaña de sensibilización pretende poner el punto de mira, como ya hemos visto. 
El ciclo comienza con una primera fase de Acumulación de la tensión, que consiste en agresiones verbales y psicológicas, en las que la víctima ve cómo el agresor se vuelve poco a poco más agresivo y susceptible, menos paciente y comprensivo, hallando conflicto en cualquier situación, lo que lleva a la mujer a intentar suavizar a su agresor mediante diferentes conductas, pero el ciclo sigue su curso.
Después llega la segunda fase: el Estallido de la tensión, donde la violencia se vuelve más visible y agresiva, pudiendo llegar a darse la agresión física, además de todos los tipos de violencia que ya hemos visto. 
Tras estos terribles episodios, llega la llamada Luna de Miel, en la que el agresor pide disculpas, y muestra su arrepentimiento de mil maneras, para tratar de ganarse de nuevo el favor y la confiazar de la víctima, quien termina identificando esta faceta como la "verdadera" de su agresor, culpándose en muchas ocasiones a sí misma de causar la ira del mismo ("si no le hubiera contestado en esa ocasión, no se habría puesto tan bruto, soy una tonta"). Sin embargo, esta etapa en la que el agresor trata de colmar a la víctima de alegrías, va siendo cada vez más breve, hasta que el bucle vuelve a iniciarse. Así, este ciclo en el que tras el castigo/agresión llega el arrepentimiento ("perdóname, te juro que no volverá a suceder, todo va a cambiar"...), alimenta la "ilusión del cambio", lo que explica que la víctima continúe en la relación en los primeros momentos. 

Algunos datos de interés sobre la realidad actual (Fuente):
Los últimos estudios han detectado que el acoso y la vigilancia a través de las nuevas tecnologías y los mensajes de móvil está aumentando entre los jóvenes. Y que el sexismo y los estereotipos de género perviven entre los adolescentes. El 4% de las adolescentes de entre 14 y 19 años han sido agredidas por el chico con el que salen o salían; y casi una de cada cuatro se ha sentido coaccionada. Además, está creciendo el número de menores procesados por violencia machista: según las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial, en 2013 aumentó un 5% el número de menores maltratadores que fueron juzgados.
A pesar de estos datos tan terribles, no debemos olvidar que el cambio está en nosotros, y ya está en marcha, pues cada vez la sociedad está más concienciada y sensibilizada del alcance y magnitud de la violencia machista en nuestro país y en el mundo entero. En nuestras manos está el continuar apoyando a las víctimas, reconociendo su valor, denunciando y condenando cualquier muestra de maltrato a las mujeres, y sensibilizando a los que están a nuestro alrededor. 

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